Los caminos que llevan al
conocimiento de su propio cuerpo y de sus sensaciones no siempre son los más
adecuados para los niños. Hoy día, las interferencias en este proceso de
aprendizaje hacen que el niño esté, cada vez más temprano, expuesto a unas
manifestaciones severas, y en muchos casos incomprensibles, de la sexualidad.
El culto a la belleza, al físico y a la seducción, en los medios de
comunicación, no distinguen la edad de su publico. Hay un abuso de las
manifestaciones sexuales, a las que los niños están indiscriminadamente
expuestos. Los contenidos sexuales pueden acelerar las manifestaciones de los
niños en el tema de la sexualidad, considerando que ellos aprenden imitando lo
que ven de sus padres, de la televisión, out-doors, de bailes y ropas eróticas
de moda, entre otros.
Las malas influencias conceden
nociones equivocadas y perjudiciales al niño. De una forma general, lo único
que puede evitar estas malas interferencias es la familia. Son los adultos, los
padres, los que deben ejercer el papel de filtro de las informaciones. Es
necesario crear y mantener un canal abierto de comunicación con los hijos,
espacios de discusión y de intervención sobre lo que es correcto y lo que no,
relacionados a todos los temas, y en especial a la sexualidad. Es conveniente
vigilar de muy cerca el entorno y las actividades del niño, para orientarle
cuando crea necesario. En la medida de lo posible, no se debe perder ninguna
oportunidad para entablar conversación sobre sus dudas e intereses.
A continuación, se muestra un material que contiene un programa de orientación para la sexualidad, realizado por nuestras colegas Vanessa Candela, Cismari Díaz, Mayruby Escorcha.
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